De como el espacio de resguardo de alimentos, puede convertirse en botadero y en escenario de horror…y dolorEste 8 de diciembre, bajo el argumento de desbloqueo, la policía disparó a quemarropa a pobladorxs de Cotapachi, que sostenían un bloqueo de ya dos semanas impidiendo el ingreso de la basura.Las consecuencias las conocemos ya, dos asesinados y dos heridos de gravedad por impacto de bala. 14 heridos, 3 detenidxs, el luto expandido, el negocio de la basura, un chivo expiatorio (un policia sindicado de haber desobedecido las ordenes e ir armado, argumento por demas dudoso, dada la cantidad de balas que se disparó), la indolencia y la impunidad estructural.La qollqas incas de Cotapachi exhiben la importancia agrícola y de resguardo alimentico que desde tiempos antiguos pervive en esta región. El crecimiento descontrolado de la urbanidad, ha convertido las cercanías de esta zona en un botadero de tres municipios en disputa. Si, tres, porque si bien los límites municipales se riñen entre Quillacollo y Colcapirua, la presión de Cochababamba, que se enfrentan al inevitable, y postergado, cierre de Kara Kara, lo convierte en un protagonista más de esta historia.La población local, argumentando la caducidad de fechas para el ingreso de la basura, presión institucional (municipal y empresarial), conflictos limítrofes, falta de consultas e impactos socioambientales lo llevo a levantar este bloqueo. Sumando, asi, la historicidad dramática del mal manejo de la basura en el valle.Conmocionadas, atestiguamos al entierro de Pablo Padilla Meneses y Sinforiano Carrillo. ¿Por qué asistimos una vez más a la naturalización de la muerte del terrorismo de estado?“Para los residentes, esta tragedia no es un accidente: es un largo ciclo de amenazas, agresiones físicas, intimidación, presión de la mafia, desprecio sistemático hacia las comunidades e intento de corrupción y fragmentación del tejido comunitario” manifiesta uno de nuestros compañeros que habita cercano a esta región.El problema, dígase negocio, de la basura, no es un tema menos. Que la policía haya disparado con impunidad, en medio del impulso para una ley antibloqueos, tampoco.¿Desde cuándo la policia puede usar armas de fuego en un operativo de “restablecimientos de orden público”? Este hecho es una manifestación explicita de la reconfiguración seguritista a la que asistimos. Una alarma más del terrible escenario sociambiental al que nos enfrentamos ante el mal manejo de la basura y los negocios implicados. La profundización de la violencia estatal y sus cercanías policiales y empresariales. Es un mensaje explicito.Bajo ninguna circunstancia la manifestación social puede significar una condena de muerta. Muertes que claman verdad y justicia.Compartimos con ustedes la voz de uno de los habitantes de la zona Bernardo Almaraz Rojas, Distrito 6, Quillacollo.